El Mentidero

De la Vocación a la Pasión: Héctor Acosta y su Amor por el Arte

Esta es una transcripción realizada por Inteligencia Artificial.

Entrevista realizada en mayo del 2021.

Paulo Galindo: Ya está con nosotros el grandísimo, talentosísimo, querido amigo Héctor Acosta. Querido maestro, bienvenido. Un placer tenerte en El Mentidero. Sabes que es tu casa; ya has estado aquí. Estuviste en la edición pasada del Mentidero Live.

Héctor Acosta: Así es, estuvimos aquí presentes.

Paulo Galindo: Con Paloma y parte de la banda.

Héctor Acosta: Parte de la banda del Mentidero, claro.

Paulo Galindo: Estamos muy contentos de tenerte hoy para que nos platiques sobre ese momento tan especial en el que te enamoraste de la música. ¿Cuándo fue? ¿Qué escuchaste? ¿Qué edad tenías? ¿Recuerdas el lugar en el que estabas cuando decidiste que esto era lo que querías hacer en tu vida?

Héctor Acosta: Bueno, les cuento que empecé a estudiar piano desde niño, desde los seis años, y para mí era un juego. Me gustaba mucho escuchar, pero siempre la sociedad te dice que no te enamores tanto, porque es una afición, una profesión. Así que uno se queda con ese acuerdo mental. Sin embargo, me encontré con el maestro Jesús Lee, en paz descanse, quien estaba a cargo del coro de la universidad. Estaban en ensayos de una ópera, «Cavalleria Rusticana», a finales de los noventas. Yo era un adolescente y me acerqué por casualidad. Desde el primer ensayo, algo sucedió. Ya tenía gusto por la música, me gustaba estar en el piano, pero faltaba ese «click». Desde entonces, no me di cuenta de cuándo estaba completamente seguro de que eso era lo que quería ser en mi vida. Empezó un cambio de planes; estaba interesado en la ingeniería civil, pero decidí estudiar música. A pesar de los consejos en contra, ya era una convicción, una vocación, un llamado. Es algo inexplicable; solo se siente.

Paulo Galindo: Totalmente. Para los creadores, es difícil describir ese momento. Es como un jalón, un flechazo de vocación.

Héctor Acosta: Exactamente. La vocación siempre está ahí, pero hay un episodio, algo que lo detona. Está en potencialidades, pero hay un detonante que instala, que explota, y ya no hay marcha atrás. Las dudas cambian de vocación a logística, a cómo lo voy a hacer.

Paulo Galindo: ¿Cómo lo voy a lograr, no?

Héctor Acosta: Sí, siempre hay un detonante. Para algunos, es ir a un evento, ver una obra o un concierto. En mi caso, fue asistir a los ensayos de esa ópera.

Paulo Galindo: Ocurre mucho, no sé si te pasa, que a los actores nos preguntan a qué nos dedicamos, y siempre surge el comentario de que siempre quisieron ser actores, pero nunca tomaron la determinación. Es ahí donde está ese misterioso «click» de decidir dedicarse a esto.

Héctor Acosta: Exactamente. Creo que todos tenemos una inclinación hacia el arte. La música es la más escurridiza, entra por el oído sin pedir permiso. Todos, incluso los más antiartísticos, tienen una preferencia musical. El arte es una característica humana que nos diferencia de los animales. Aunque algunos se quedan en el camino por diferentes razones, a menudo son los públicos más fieles y difusores de las artes.

Paulo Galindo: Como creador, ¿cómo ves la responsabilidad hacia los nuevos espectadores? ¿Cómo hacer que experimenten esa sensación de enamoramiento con las artes?

Héctor Acosta: El repertorio musical es diverso y no se puede tocar todo. Estamos en un momento en que debemos ser creativos y generar nuevas estrategias. La gente, necesitada de eventos debido a la pandemia, está más receptiva al arte. Creo que debemos lanzar propuestas con impacto, no solo complejas, y eso puede llevar a un renacimiento en las artes.

Paulo Galindo: Y tu primer encuentro con el teatro, ¿cómo fue?

Héctor Acosta: Tuve encuentros casuales con el teatro, pero el más significativo fue con el montaje de la ópera «Los tres centavos» de Hilda Valencia en la Universidad de Sonora. Fue un proyecto pedagógico que requería meses de preparación, y ahí me di cuenta de lo importante que era para mí el teatro. A partir de ahí, me involucré más en el teatro y me fascinó el papel de la música en él.

Paulo Galindo: ¿Y cómo invitarías a alguien por primera vez al teatro?

Héctor Acosta: Les diría que vivan algo distinto. El teatro es una experiencia sensorial completa. No solo es ver, sino involucrarse con los personajes y la historia. Es una experiencia vibracional y sensorial. Para aquellos que buscan nuevas experiencias, el teatro ofrece una de las más antiguas y profundas formas de conexión humana.

Paulo Galindo: Ahora que está de moda buscar nuevas experiencias, el teatro es una de las más antiguas y está al alcance de todos.

Héctor Acosta: Exactamente. No hay nada nuevo bajo el sol. Las nuevas experiencias solo buscan nuevas formas de presentar la misma experiencia humana. El teatro es tan antiguo y profundo como cualquier tecnología moderna, pero ofrece una experiencia humana completa.

Paulo Galindo: Con eso nos quedamos, Héctor. Muchísimas gracias por acompañarnos en El Mentidero Live.

Héctor Acosta: Muchas gracias, Paulo.


La entrevista completa puede verse en el canal de YouTube de El Mentidero aquí.

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