El teatro, desde sus inicios, ha sido una herramienta para conectar a las personas a través de la emoción, la comedia y la tragedia. Sin embargo, en sus formas más antiguas, el teatro no siempre se encontraba en grandes escenarios o teatros establecidos. Durante el Siglo de Oro en España, surgieron los cómicos de la legua, compañías de actores ambulantes que llevaban el teatro a las plazas públicas y pequeños pueblos. Este fenómeno, que surgió en respuesta a la falta de infraestructura teatral en áreas rurales, ofrecía una forma de arte accesible a las personas que vivían lejos de las grandes ciudades.
Los cómicos de la legua se caracterizaban por recorrer largas distancias (de una legua o más) para llegar a comunidades donde representaban obras cómicas, tragedias y farsas, muchas veces adaptadas de grandes autores como Lope de Vega y Calderón de la Barca. Estos actores no solo ofrecían entretenimiento, sino que también creaban momentos de unión comunitaria en plazas y mercados, donde sus presentaciones eran disfrutadas por personas de todas las edades.
El paralelismo con el trabajo actual de la Compañía Teatral del Norte es evidente. Al igual que los cómicos de la legua, la compañía recorre pueblos y comunidades en el estado de Sonora, ofreciendo funciones teatrales en espacios públicos. Sin embargo, un aspecto distintivo de la Compañía es que sus funciones, muchas veces realizadas en plazas y parques con el escenario móvil de La Cachetona, son completamente gratuitas. Esto refuerza su misión de democratizar el acceso al arte y garantizar que las personas de todas las comunidades, sin importar su situación económica o ubicación geográfica, puedan disfrutar de una experiencia teatral de calidad.