El Mentidero

DMT: Día 5: perder la cordura

Por Luis Enrique Araoz
Por Luis Enrique Araoz

de algunas voces que cuentan

lo que ocurrió el 2 de diciembre de 2022,

Encontrar un espacio en donde sea posible la apertura emocional es difícil. Contar las historias sobre nuestros sueños, los retos a los que nos enfrentamos, los procesos que atravesamos, todo con micrófono en mano y frente a un público suena como una tarea olímpica. Olvidarnos de las restricciones con las cuales como sociedad e individuos vivimos es prácticamente imposible. Sin embargo, llegué a experimentar todo lo anterior en Hermosillo, Sonora, en El Mentidero, para ser más preciso, en el día 5 del Festival Internacional de Artes Escénicas.

Colectivo Danza Espontánea inició este proceso.

Les llamaron resonantes. Claudia Landavazo, directora del colectivo, explicó esto y el funcionamiento de la dinámica. Se refería a los y la bailarinxs que estaban ya listxs en el escenario: una lona gris en el centro del patio central. Nada era planeado y sus movimientos funcionaban a partir de las palabras que primero, ellos y, después, el público, compartían. A lo largo de la obra, Claudia fue un puente. De esta forma, los movimientos, las contorsiones, los gritos que podían llegar a ser incomprensibles eran entendidos como una resonancia de lo que el público se sentía cómodo en compartir. Y esto no era poco, pues las emociones y las historias sobre nostalgia, desesperación, tristeza, inconformidad, búsqueda, miedo y deseo eran relatadas con brillo en los ojos, lo que me permitía entonces saber que había una exploración sincera de los pesos que no por cotidianos dejaban de presentar una condición arrastrante.

Danza espontánea / Dispositivo

Y como condición transformadora que presenta El Mentidero, las cosas no quedaron aquí. Los actos que presentaron esta noche fueron una evolución cada vez más descabellada. Por eso afirmo que perder la cordura es lo mejor que pudo pasarnos este día. Estuve y atestigüé lo que sucedió. El viernes fue la primera noche en que Cía Moveo, una compañía de teatro físico de Barcelona presentó su número Conseqüències y Tony Cliffton Circus, de Italia, su “Rubbish Rabbit”. Es todo lo que diré al respecto, porque quiero que todos ahora sepamos lo que público tuvo que decir.

    Vayamos con Conseqüències: 

«Excelente con sus acrobacias, la danza, la música, cómo van contando una historia de que este muchacho escucha algo y cómo va fluyendo, cómo interactúan con la audiencia, cómo los van jalando. Te va metiendo poco a poco en esta historia con la música.»

«Fue muy bonito la parte colectiva, la parte donde involucran al público, más allá de la acrobacia y toda la virtuosidad que hay en les morres, me gustó mucho cómo involucraban al público. Fue bonito.»

«Magnífica. Me pareció una propuesta fresca, innovadora aquí en la región y muy rico de ver, un descanso visual.»

Ahora, mientras todo esto ocurría, en un momento sumamente emotivo de Consceqüències, con la lágrima deslizándose cuesta abajo por mi cachete, vi de pronto a uno de los Rubbish Rabbits correr por detrás del escenario. Llevaba algo que iba quemándose en las manos. ¿Qué fue eso le pregunté a Paulo, director de La Compañía Teatral del Norte (quien ha sido anfitrión de estos eventos)? No sé, me dijo. Más tarde me enteré: en pruebas algo comenzó a quemarse de verdad. Y me pregunté, ¿qué tipo de show es el que viene?

Este:

«Cuando yo llegué la gente tenía un hule enfrente para protegerse. Yo no entendía qué estaba pasando. Veía gente hacer cosas absurdas y al final entendí que estaban hablando de política. Fue un giro inesperado la verdad. Me dio mucha risa.»

«Se mamaron, increíble, estuvo muy curado, cómo les valía que les aventaran cosas, la pirotecnia, y el gran final. Y aunque les costara el español, lograron comunicarse y dar a entender su clown.»

«Tuve muchos sentimientos encontrados, yo creo que nunca había visto este tipo de espectáculos, de mucho impacto, definitivamente fuerte, aunque no lo pareciera. No como una crítica porque se presentan haciendo sátira del tema de la democracia. Es un show medio grotesco, pero interesante de ver alguna vez en la vida.»

«Me sorprendía cada vez más. No sabía qué esperar. Siempre estaba a la expectativa y siempre fue escalando y escalando y escalando. Creo que puedo decir que a todos nos mantuvieron cautivos, para bien o para mal, porque sí vi caras de desaprobación, pero estaban pendientes. Todos estábamos ahí, todos existimos en ese mismo momento.»

«Irreverente, clownesca e… irreverente, ¡jajaja! Me molesta un poco que sigan usando animales, porque ya ha habido mucho trabajo para que quiten a los animales de ese trato, qué necesidad, pues, pero todo lo demás excelso, me mie de risa, pues.»

«Fue bien chido, porque tuve la sensación de que no estaba en Hermosillo viendo un espectáculo. De repente me vi como en el Festival Iberoamericano de Teatro, no sé, como una cosa más de ruptura, más del punk, de estas narrativas que no son tan usuales en México porque hay un rompimiento de todo, de todo. ¡De todo! Porque creo que como cultura latinoamericana posiblemente tratamos de cuidar mucho al público. Y en este caso, que vienen de una cultura y un contexto completamente distinto al nuestro había esa falta de respeto que estuvo bien interesante, […] hay cosas que para nosotres puede ser más violento, como el hecho de usar una pistola o descuartizar una barbie, que lo tenemos tan cercano, tan de nuestro cotidiano que afecta. Afecta de manera distinta. Entiendo que no tendrían por qué detenerse, ellos hacen un trabajo que va de esto. Pero para nuestro contexto puede ser demasiado abrumador. Pero plantearon desde el inicio que lo políticamente correcto no es lo de elles.»

«Uff, anarquía pura. Es romper la norma, romper con los porqués. Rompen con toda pinche pregunta.»

Así las cosas.

Yo preguntaba esto mientras el último jam poético tomaba efecto. Para esto, alguien bailaba flamenco, había un sax con efectos, una guitarra multipedaleada y música eléctronica. El ambiente era misterioso. Místico. Se convocaban espectros y yo ya estaba listo para aceptarlo todo.

En eso escuché salir de boca ajena algo que bien puede cerrar esta crónica de eventos descabellados y acercarnos aún más a toda esta experiencia que ofrece el DMT:

 «Es algo muy bonito conocer a gente que viene de otro país y hacen su tipo de arte. Es algo muy especial para mí haberlos visto, la neta me encantó lo que te puede llegar a mover, los sentimientos que pueden llegar a tocar en ti como público.»

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