Esta es una transcripción realizada por Inteligencia Artificial.
Entrevista realizada en Octubre del 2020.
Paulo Galindo:
Amigos del Mentidero Live, hoy estamos con lo prometido: una súper invitada, talentísima creadora teatral, proveniente de un lugar muy lejano a Hermosillo, Sonora, geográficamente, pero muy cercano a nosotros gracias al teatro. La maravillosa Raquel Araujo, bienvenida al Mentidero 2.0.
Raquel Araujo:
Muchísimas gracias, pues es un verdadero gusto poder estar aquí, unidos a pesar de la distancia y de la contingencia, y encantada de poder conversar un ratito contigo. Un abrazo a todos los que están allá en sala.
Paulo Galindo:
Muchas gracias, Raquel. Cuéntanos, para quienes no te conocen en Hermosillo, especialmente para los jóvenes que empiezan a hacer teatro, ¿quién eres, dónde está La Rendija y qué hacen en Mérida, Yucatán?
Raquel Araujo:
Claro que sí. Pues yo soy yucateca, nací en Ticul, un poblado del interior del estado, y me fui a estudiar Filosofía y Letras. Por ahí de finales de los ochentas, principios de los noventa, creamos Teatro de La Rendija. Fue una época súper bonita, ya sabes que la universidad es una época hermosa para todos los que hemos pasado por ahí. Empezamos a meternos en el mundo del teatro y administramos durante dos años el Teatro Santo Domingo, en esa plaza muy bonita que está cruzando la calle de donde solían estar los señores que escribían a máquina. Ahí estuvimos y fue una época muy bella, donde todos estábamos chavitos. Recuerdo, por ejemplo, que Javier Chabó hizo ahí sus primeras 100 representaciones de «Tempranito y en Ayunas» en ese hermoso teatro de los altos de los arcos de Santo Domingo. Ahí comenzó una trayectoria donde empezamos haciendo teatro autobiográfico y performance en una época donde el teatro no se pensaba como ahora, con fronteras más porosas y donde todo cabe y se mezclan las disciplinas.
Así comenzamos, en una época en la que estábamos mucho más cerca de X Teresa y de los compañeros que hacían performance. Fue una época hermosa, pero después nació la necesidad de salir de la Ciudad de México. Nosotros estábamos en un movimiento muy rico en la ciudad, pero aquí tenía a mi familia, mi mamá ya era una señora grande, y salió la oportunidad de mudarnos a Yucatán. Fue una época muy importante para hacer cosas interesantes, como la creación de la Escuela Superior de Artes de Yucatán. En 2002 nos mudamos para acá y fue muy interesante porque tuvimos que reinventar el grupo. Todas estas actividades tenían que construirse de otra manera para crear audiencias aquí en Yucatán. Entonces, comenzamos con un giro que se llama hasta la fecha «Los Clásicos Vistos por La Rendija». Empezamos a montar obras como «La Importancia de Llamarse Ernesto» de Oscar Wilde y «Tío Vania» de Chejov. Nos echamos una temporada larga con obras de Chejov, que es un autor que amamos. Fue muy lindo porque aquí me reencontré con maestros queridísimos como Glemen Diburu, que es como la decana del Teatro Yucateco. Comenzamos a hacer obras con otro corte, sin dejar de lado la búsqueda de la contemporaneidad como una crítica de la sociedad y de nuestro pensamiento. Así creamos La Rendija aquí y abrimos un espacio. El primero se llamó Escena 40° por el calor saso que hay acá, y si me ven aquí con el ipil y los ventiladores, es porque aquí estamos vaporizando.
Paulo Galindo:
A nosotros ya se nos está yendo.
Raquel Araujo:
Pues qué rico, ¿eh? Aquí es calor, calor, calor todo el año. Se llamó 40° ese primer espacio. En 2004 lo abrimos, pero después tuvimos que cerrar, ya sabes, la falta de recursos a veces nos obliga a cerrar los espacios. Pero después volvimos a abrir Teatro de La Rendija, esta vez Casa Teatro de La Rendija, en 2009. Y desde entonces, ha sido muy lindo porque desde 2004, con Escena Sur y Escena 40°, comenzó a crearse un movimiento o la recuperación de un movimiento de salas alternativas. Mérida ahora está poblada de espacios alternativos de diferente tipo: teatro, danza, galerías, cine. Han habido varios espacios que han tenido que cerrar, pero en general, ha sido un movimiento muy lindo. Y es algo que, vaya, no inventamos el agua. En realidad, en la ciudad de Mérida ya desde los 50’s comenzó una tradición de abrir espacios independientes, autónomos aquí en la ciudad.
Paulo Galindo:
¿Y cómo les va con la creación de públicos? ¿Cómo fue ese encuentro de pasar de la Ciudad de México, donde sabemos que hay más espectadores y más oferta, a llegar a Mérida, donde quizá todavía no estaba esta gran oferta de espacios independientes?
Raquel Araujo:
Claro, pues con Escena Sur y Escena 40° fue muy bonito porque realmente fue una avalancha. Nosotros abrimos y los grupos, algunos se revitalizaron, otros se crearon. El maestro queridísimo José Ramón Enríquez, que ya sé que estuvo aquí con ustedes en El Mentidero, y que es alguien a quien visitamos.
Paulo Galindo:
Nos dio la patadita.
Raquel Araujo:
Fantástico. Hacía relativamente poco que se había mudado a vivir aquí a Mérida, y de hecho, estrenó, me parece, tres obras en ese período de año y medio que estuvo abierto Escena 40°. Montó «La Gaviota» con unos estudiantes maravillosos de una generación del Centro de Capacitación Teatral que actualmente están haciendo cosas increíbles: Ulises Vargas, Susan Tax, Mabel Vázquez, Osvaldo.
Paulo Galindo:
Los hemos tenido por acá, los conocemos bien porque en el Festival de Península a Península los hemos tenido como invitados, y la verdad que siempre son muy talentosos.
Raquel Araujo:
Sí, entonces imagínate, ahí fue su egreso con el maestro. Y pues también montó José Ramón «Aguantando al Taquero» de Miguel Canto. Fue una época de enorme efervescencia en ese pequeño periodo, y la gente tenía mucha curiosidad. De pronto, el público llegaba muchas veces sin saber qué había programado ese día y entraban a ver lo que hubiera.
Paulo Galindo:
Fue muy bueno.
Raquel Araujo:
Después, sostener La Rendija desde 2009 hasta la fecha no ha sido fácil. De pronto, tenemos poca audiencia, pero te puedo decir que sostener los espacios alternativos y sus temporadas, donde estábamos antes de la pandemia abiertos el fin de semana y muchas veces desde el jueves, significa que el público se ha multiplicado. Es un público que tanto va a Casa Tanicho, como a la Sala de Arte Crecida a Berranza, a La 68, como llega a La Rendija o como va a actividades del Ayuntamiento de Mérida, por ejemplo. Se ha creado una serie de espectadores que están buscando este tipo específico de teatro y de arte que se genera en los espacios más pequeños.
Paulo Galindo:
Se oye interesantísimo y te agradezco mucho que nos acompañaras hoy. El tiempo es breve, se nos acaba, y pudiéramos estar aquí horas. Ya sacamos el café y platicamos, pero dime para irnos despidiendo, porque nos quedan unos segunditos, ¿qué es para ti el teatro? ¿Qué ha sido tu vida en el teatro? ¿Qué es hoy, cómo lo ves de hoy para atrás y para lo que viene?
Raquel Araujo:
Pues mira, para mí el teatro y el arte en general son la forma de comprender el mundo. Es la manera de aproximarme a esta existencia nuestra, que ahora nos ha puesto en jaque el COVID, cuestionándonos sobre la forma mejor de vivir y mejor de morir. Entonces, el arte para mí es eso: la comprensión del mundo y de la existencia.
Paulo Galindo:
Raquel, muchísimas gracias. El Mentidero es tu casa, tienes tu casa en Hermosillo, en El Mentidero, cuando gustes. Esperamos tenerte por acá pronto. Sería un honor.
Raquel Araujo:
Y ustedes acá, aquí en La Rendija y a través de la ANTI estaremos en contacto. Muchísimas gracias a todos aquellos que nos están viendo y un abrazo muy grande, mi queridísimo Paulo.
Paulo Galindo:
Abrazos de regreso para ti. Muchísimas gracias, bienvenida al Mentidero cuando gustes. Gracias, Raquel.
La entrevista completa puede verse en el canal de YouTube de El Mentidero. Ver aquí